Thursday, April 27, 2006

En directo desde la Feria del Libro, estoy transmitiendo desde el pabellón 2A, en medio de ese campo desolado que se llama Corferias, a eso de las 8:20 de la noche, cuando todos y cada uno de los funcionarios de esta Cámara ha abandonado las instalaciones para navegar a su suerte por esa gran marejada que es la Feria del Libro ( o la ciudad de Bogotá, que es lo mismo, o va a ser, por lo de Bogotá Capital del Libro 2007). Hoy fue un día bastante tranquilo, a pesar del chasco que tuve esta mañana en el aeropuerto, en donde un par de paredes (digo, policias, muchachos vestidos de verde) me impidieron la entrada con mis dos acompañantes, invitados a la Feria del Libro. Estaba Con Tom Naegels, de Bélgica, y Bruno Roy, canadiense, quien sólo hablaba francés. Afortunadamente estaba con carlos, un muchacho de la Nacional que habla francés, porque, en primer lugar, no nos dejaron entrar por las puertas principales; nos tocó dar la vuelta para entrar, y luego, otra pared (digo, policia) nos detuvo. le expliqué todo, pero nada. Al fin, dejaron entrar sólo a Carlos, quien ayudó a ambos a hacer la fila en las aerolíneas. Yo como una pelota esperando, pero bueno, era lo único y más razonable que podía hacer. Al fin llegó Carlos, y me dijo que todo había salido bien, que hubo problemas con Bruno por haber llegado tarde, pero bueno, pasó.

Ya me he recorrido varios de las pabellones de la Feria y uno no hace más que ver libros y libros y libros y libros y libros y libros......uno se vuelve loco y más bien decide no comprar nada. Veo mucha novela comercial, mucha novela histórica de primíparo (aunque obviamente no soy nadie para juzgarlas, deben ser buenísimas), en fin. Volveré a trasnmitir mañana, o eso creo. Chao.

Friday, July 08, 2005

Estoy sólo en este cuarto, lugar extraño para tener un computador, pero bueno, mientras se ponen los entrepaños para albergar las montañas de libros que esperan pacientemente (y polvorosamente) un nuevo hogar. Este cuarto es bastante estratégico: aislado de todo ruido, oscuro como él solo, alejado de las charlas de todo tipo.... Antes fue el cuarto de la muchacha, pero que yo me acuerde, muy pocas veces alguien durmió aquí. Es más, fue un cuarto de "abarrotes" donde estaba guardada la Enciclopedia Británica que nos regaló Alberto Cortés, y que si la consultamos una o dos veces fue mucho; la máquina de coser de mi abuela, que obviamente nunca se usó porque carecemos de las habilidades de las personas que nacieron a principios del siglo XIX; una cantidad de carpetas y cuadernos míos y de Camilo de cuando estudiamos la primaria en el Gimnasio de los Cerros (que ahora digo que es una lástima haber botado bastantes de esos, para conservar sólo unos cuantos como ejemplo, uno o dos como símbolo, índice de cada grado); sábanas viejas (me acuerdo mucho de la que era de color crema con una especie de flores de color azul con café y negro ordenadas verticalmente, y que terminó siendo utilizada para cubrir el piso o las paredes cuando los pintores venían a pintar las paredes); y, obviamente, la mesa para planchar con los cajones para la ropa limpia y la ropa sucia. Estos cajones son algo único en Bogotá: hasta el momento no conozco (y por qué debería conocerlo? eso es de las cocinas de cada casa, y ese es el último sitio de una casa al que iré a "curiosear") unos cajones semejantes. Pero desde que los instalaron, creo que ya hace mucho tiempo, fácilmente cuando yo tenía ocho años, empecé a acostumbrarme a llevar la ropa sucia a los cajones, porque yo era de los que dejaba la ropa tirada en el cuarto y no era mi costumbre ser ordenado en ese sentido. Poco a poco empecé a tomar el hábito de llevar la ropa a estos cajones como parte de un rito que cumplo cada día y que hoy me es simplemente imposible dejar: no concibo no dejar la ropa sucia donde debe estar: con la demás ropa sucia!

Wednesday, July 06, 2005

Vamos al grano: estoy cansado. Sí, estoy que no puedo leer una letra más. Ya me he dado cuenta de que necesito dormir por lo menos 6 horas para recuperarme y, por lo menos, levantarme a tiempo. No se me olvidan las llegadas a las 7:40 am a clase de 7am el semestre antepasado, a la clase de Jorge Cardona (Laboratorio de Periodismo Político). Incluso había una niña (no voy a decir el nombre, para que se mueran de la duda) que era una descarada: llegaba casi todos los días tarde y entraba fresquísima a la clase, como si nada. Claro, uno llegaba tarde y uno no decía nada, Jorge no decía nada, pero es que esta niña era siempre, o por lo menos la mayoría de las veces. No, hermanita! Si uno va a hacer varias cosas, hágalas bien TODAS!!!!

Como decía, tengo que dormir. Cuando tengo sueño y siento que se me caen los párpados de los ojos y, en ese estado, me pongo a leer, me he dado cuenta de que lo que leo en es estado es cosa que se olvida...para siempre. Porque uno no está concentrado en lo que está leyendo, sino en el recorrido horizontal de las pupilas de los ojos por las líneas monótonas de letras tipo Times New Roman. Ya me pasó con el libro de Jason Epstein: ya no me acuerdo de la mayor parte de anécdotas de las que hablaba. Ahí es cuando toca volver a leer.

Monday, May 23, 2005

Por qué tiene que llover todos estos días en Bogotá? Siempre añoro cuando llegan los viernes e imagino que los días sábado y domingo van a estar radiantes de sol, y cuál es mi sorpresa cuando amanezco el sábado, después de haber dormido como un rey (holgazán, se dice), abro la cortina azul y sólo veo gris el cielo. Sí!!! Gris, el cielo gris, el ambiente gris, incluso mi casa adquiere tonalidades grises. Quizás sea algo subjetivo, pero es la impresión que me queda por el resto del día, a menos que salga el sol a alegrar el mediodía, o por los menos la tarde, cosa que en Bogotá es bastante posible, porque todo (el clima, la vida, TODO) está cambiando a mil por hora.

Para mí es una bendición que salga el Sol y el cielo esté azul. Así uno tenga mil cosas por hacer, la sensación de calor se transforma en bienestar mental y corporal (bueno, de pronto no tanto, incluso ciertos trabajos pueden dañar esa sensación, pero eso es algo que poco a poco irá cambiando).

Saturday, May 07, 2005

Libro y Bogotá: dos pasiones que desde hoy, 7 de mayo de 2005, estaré repasando en este nuevo medio de comunicación para compartirlas con ustedes, los interesados.